Parece que esta temporada que viene el sector del enduro se va a ver sacudido por la irrupción de las primeras 29” específicamente concebidas para esta modalidad. Intense es una de las marcas que está apostando fuerte por esta primera generación de enduro 29er con la nueva Tracer 29. El cuadro con 140 mm. de suspensión la hacen ser una de las bicis de rueda grande con más recorrido del momento que al cambio viene a ser como una 26” de 160 mm. Gracias a KPsport hemos tenido el placer de probar esta bici en uno de los mejores lugares posibles: el centro btt-enduro Aínsa-Zona Zero, posiblemente el mejor lugar de España para la práctica del enduro.
El primer contacto visual con ella puede producir alteraciones varias en nuestro organismo. El cuadro es un claro ejemplo de como trabajan el aluminio, del esmero y cuidado por los detalles que le dedican a cada uno de los cuadros que se fabrican de forma artesanal en la factoría californiana de Temecula. Mecanizados e hidroformados varios se unen mediante gruesos cordones de soldadura para dar forma al mismo y conseguir un aspecto rudo a la vez que elegante y exclusivo. El acabado works raw sin pintar resulta muy bonito y lo mejor de todo es que es eterno. Los puntos de giro de la bieleta inferior cuentan con engrasadores para mantener lubricados los rodamientos. Resulta todo un acierto la pipa de dirección recta de 1,5” lo que posibilita la instalación de una dirección angle set. El guiado de cables es impecable e incorpora guías para el cable de la tija telescópica. Incluye anclaje ISCG05 para guiacadenas cuya instalación es recomendable puesto que en bajadas largas la cadena llega a caer a la caja de pedalier. El anclaje del amortiguador a la bieleta tiene dos posiciones para elegir entre 130 o 140 mm. de recorrido aunque no he llegado a probarla en el recorrido corto porque en 140 la suspensión trasera muestra un comportamiento intachable. También cabe la posibilidad de aumentar la distancia entre ejes a la vez que se relaja en un grado los ángulos de dirección y sillín cambiando las punteras traseras, disponibles también en la mayoría de estándares de eje trasero, en nuestro caso Maxxle Lite 12x142.
Desde el primer momento encontramos una posición de conducción muy cómoda, la talla M es generosa en tubo horizontal y para mis 183 resulta perfecta. Subiendo la postura es la correcta, los 73º de tubo de sillín son casi ya un estándar en este tipo de bicis. Lo más destacable es la capacidad de afrontar subidas con fuerte inclinación y escalonadas sin necesidad de forzar la postura, gracias a la longitud de vainas mayor, el ángulo de dirección más vertical y a las ruedas más grandes que superan mejor los obstáculos. Bajando es donde encontramos más diferencias con una 26”: la posición es ligeramente más adelantada recayendo algo más de peso en el tren delantero a pesar del ángulo de dirección de 70º no se percibe la sensación de inseguridad en bajadas empinadas. A cambio la maniobrabilidad es sobresaliente y muestra un aplomo y precisión inimaginables en curvas de media y alta velocidad. A ello ayuda también la elevadísima rigidez del cuadro y horquilla y una benévola flexión de las ruedas. En caminos rodadores es rapidísima y cuando el terreno se inclina ofrece muchísimo control, es una pasada ver la facilidad con la que las ruedas superan piedras y raices. En algún momento puede echarse de menos la mayor agilidad de una 26” a la hora de hacer algunos trucos pero es un hecho que cuanto más la montas, menos lo echas de menos.
El comportamiento de ambas suspensiones es perfecto. Delante la Fox Float 34 ofrece rigidez y tacto a partes iguales y cuenta además con control de compresión en baja velocidad y bloqueo. Detrás un RP23 se encarga de darle vida al sistema VPP del que cabe destacar una excelente eficacia de pedaleo (sobre todo en plato mediano) y un comportamiento sobresaliente tanto en la eliminación de pequeñas irregularidades como en la absorción de grandes impactos siendo fácil extraer todo el recorrido sin llegar a hacer tope en ningún momento.
Del resto de equipamiento cabe destacar la transmisión SRAM X9 al completo con triple plato y piñón de 36, una excelente elección para una bici de este nivel. La nota negativa se la llevan los frenos Elixir 9 que en ningún momento llegaron a ofrecer un nivel de frenada acorde con las aptitudes bajadoras de esta bici. Potencia, tija y manillar se encuentran en un eslabón por debajo del resto de equipamiento pero cumplen a la perfección con su cometido siendo la tija telescópica la primera inversión a realizar en la bici. Las ruedas son correctas y parecen aguantar bien un trato duro con un peso contenido de 2kg. la pareja. Incorporan fondo de llanta compatible con tubeless aunque vienen montadas unas cubiertas Nevegal 2.20 de buen agarre y nula carcasa con cámara obligando a llevar presiones alrededor de 3 kilos para evitar llantazos. Por tanto la instalación de cubiertas tubeless se presenta como la mejor opción para no pinchar.
Lo mejor de esta bici sin duda es su polivalencia: a su capacidad rodadora se une el extraordinario comportamiento en bajadas, para nada inferior a una 26” de 160 mm. y un peso de 14,5 kg. también a la altura de la comparación. Una auténtica correcaminos en el sentido mas literal de la palabra pero bien adaptada al riguroso hábitat del enduro, donde se mueve con soltura sepenteando sigilosamente por caminos de piedra desde hondos valles hasta picos perdidos.
Las 29er han venido para quedarse. Está claro que ya no son una moda sino una opción muy loable, presentan una serie de cualidades muy destacables y pocas debilidades con respecto a una 26". El tiempo y los usuarios determinarán cual será el futuro de las bicis de enduro, de momento parece que las 26" todavía van a dar guerra pero quizás algún día pasen a engrosar la lista de especies en peligro de extinción, quizás antes de lo que pensamos.
El primer contacto visual con ella puede producir alteraciones varias en nuestro organismo. El cuadro es un claro ejemplo de como trabajan el aluminio, del esmero y cuidado por los detalles que le dedican a cada uno de los cuadros que se fabrican de forma artesanal en la factoría californiana de Temecula. Mecanizados e hidroformados varios se unen mediante gruesos cordones de soldadura para dar forma al mismo y conseguir un aspecto rudo a la vez que elegante y exclusivo. El acabado works raw sin pintar resulta muy bonito y lo mejor de todo es que es eterno. Los puntos de giro de la bieleta inferior cuentan con engrasadores para mantener lubricados los rodamientos. Resulta todo un acierto la pipa de dirección recta de 1,5” lo que posibilita la instalación de una dirección angle set. El guiado de cables es impecable e incorpora guías para el cable de la tija telescópica. Incluye anclaje ISCG05 para guiacadenas cuya instalación es recomendable puesto que en bajadas largas la cadena llega a caer a la caja de pedalier. El anclaje del amortiguador a la bieleta tiene dos posiciones para elegir entre 130 o 140 mm. de recorrido aunque no he llegado a probarla en el recorrido corto porque en 140 la suspensión trasera muestra un comportamiento intachable. También cabe la posibilidad de aumentar la distancia entre ejes a la vez que se relaja en un grado los ángulos de dirección y sillín cambiando las punteras traseras, disponibles también en la mayoría de estándares de eje trasero, en nuestro caso Maxxle Lite 12x142.
Desde el primer momento encontramos una posición de conducción muy cómoda, la talla M es generosa en tubo horizontal y para mis 183 resulta perfecta. Subiendo la postura es la correcta, los 73º de tubo de sillín son casi ya un estándar en este tipo de bicis. Lo más destacable es la capacidad de afrontar subidas con fuerte inclinación y escalonadas sin necesidad de forzar la postura, gracias a la longitud de vainas mayor, el ángulo de dirección más vertical y a las ruedas más grandes que superan mejor los obstáculos. Bajando es donde encontramos más diferencias con una 26”: la posición es ligeramente más adelantada recayendo algo más de peso en el tren delantero a pesar del ángulo de dirección de 70º no se percibe la sensación de inseguridad en bajadas empinadas. A cambio la maniobrabilidad es sobresaliente y muestra un aplomo y precisión inimaginables en curvas de media y alta velocidad. A ello ayuda también la elevadísima rigidez del cuadro y horquilla y una benévola flexión de las ruedas. En caminos rodadores es rapidísima y cuando el terreno se inclina ofrece muchísimo control, es una pasada ver la facilidad con la que las ruedas superan piedras y raices. En algún momento puede echarse de menos la mayor agilidad de una 26” a la hora de hacer algunos trucos pero es un hecho que cuanto más la montas, menos lo echas de menos.
El comportamiento de ambas suspensiones es perfecto. Delante la Fox Float 34 ofrece rigidez y tacto a partes iguales y cuenta además con control de compresión en baja velocidad y bloqueo. Detrás un RP23 se encarga de darle vida al sistema VPP del que cabe destacar una excelente eficacia de pedaleo (sobre todo en plato mediano) y un comportamiento sobresaliente tanto en la eliminación de pequeñas irregularidades como en la absorción de grandes impactos siendo fácil extraer todo el recorrido sin llegar a hacer tope en ningún momento.
Del resto de equipamiento cabe destacar la transmisión SRAM X9 al completo con triple plato y piñón de 36, una excelente elección para una bici de este nivel. La nota negativa se la llevan los frenos Elixir 9 que en ningún momento llegaron a ofrecer un nivel de frenada acorde con las aptitudes bajadoras de esta bici. Potencia, tija y manillar se encuentran en un eslabón por debajo del resto de equipamiento pero cumplen a la perfección con su cometido siendo la tija telescópica la primera inversión a realizar en la bici. Las ruedas son correctas y parecen aguantar bien un trato duro con un peso contenido de 2kg. la pareja. Incorporan fondo de llanta compatible con tubeless aunque vienen montadas unas cubiertas Nevegal 2.20 de buen agarre y nula carcasa con cámara obligando a llevar presiones alrededor de 3 kilos para evitar llantazos. Por tanto la instalación de cubiertas tubeless se presenta como la mejor opción para no pinchar.
Lo mejor de esta bici sin duda es su polivalencia: a su capacidad rodadora se une el extraordinario comportamiento en bajadas, para nada inferior a una 26” de 160 mm. y un peso de 14,5 kg. también a la altura de la comparación. Una auténtica correcaminos en el sentido mas literal de la palabra pero bien adaptada al riguroso hábitat del enduro, donde se mueve con soltura sepenteando sigilosamente por caminos de piedra desde hondos valles hasta picos perdidos.
Las 29er han venido para quedarse. Está claro que ya no son una moda sino una opción muy loable, presentan una serie de cualidades muy destacables y pocas debilidades con respecto a una 26". El tiempo y los usuarios determinarán cual será el futuro de las bicis de enduro, de momento parece que las 26" todavía van a dar guerra pero quizás algún día pasen a engrosar la lista de especies en peligro de extinción, quizás antes de lo que pensamos.